sábado, 18 de abril de 2009

Simplifica

Tengo debilidad por este anuncio, porque me encanta. El hombre propone y Dios... dispone. Todo lo de aquí abajo nos parece, definitivo. Hacemos planes, programamos viajes, trabajos... Calculamos tiempos, beneficios, rentabilidades... Y nuestro castillo de naipes se puede ir al traste, con un simple soplo de viento.
Ponerse en manos de Dios no significa esperar sin hacer nada a que nos llame a su presencia, sino hacerlo todo de cara a Él; ofrecerle nuestro trabajo; hacerlo con honradez de cristianos y perfección de buen profesional; servir al prójimo y buscar su bien además del nuestro, y decirle al final del día: "Señor: todo esto es para ti, para tu gloria"

3 comentarios:

Anónimo dijo...

muy bueno!!

Anónimo dijo...

Si fuéramos conscientes de que un segundo puede cambiar nuestra vida...puede que cambiasemos la vida en un segundo.
El anuncio ¡fantástico!

Anónimo dijo...

Qué buena frase, me la apunto!