miércoles, 22 de octubre de 2008

Tratar de modo desigual a quien es diferente

Es evidente, pero no siempre lo hacemos. Aquel que necesita más afecto, nuestra paciencia, mi tiempo y dedicación, lo espera de nosotros, aunque muchas veces ni siquiera nos lo diga. Esa amiga de clase, el compañero de la oficina, o la vecina con la que te encuentras en el ascensor necesitan nuestra sonrisa, nuestro comentario positivo o el consejo oportuno que les ayude en su vida. Un cristiano debe estar atento para dar gratis, lo que gratis ha recibido.

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