lunes, 1 de agosto de 2011

Obras de misericordia IX: Dar de comer al hambriento

Y en este caso está en nuestra mano, ayudar, colaborar echar una mano, al convento cercano, al centro de Cáritas en la parroquia, sabiendo privarnos de ese capricho, aquel gasto innecesario, el billete de autobús...

1 comentario:

Pseudonima anónima dijo...

Cuando veo personas pidiendo por la calle pienso en lo absurdo que es la distribución del dinero. En muchos casos la vida de esas personas no empezó como una mala vida y menos en estos tiempos.
Tengo una amiga ,profesora de derecho con un trabajo prestigiosísimo en Madrid y con la que compartí infancia y juventud , que todos los 31 de Diciembre pone su cuenta a cero y todo el dinero ( pero todo!) lo da a alguna institución de la iglesia, alguna misión, a Cáritas. Hace un año nos reencontramos y hablando del dinero me lo contó, pero después de mucha conversación, porque no hace alarde de nada.
Yo le hice una pregunta frívola y le pregunté: y con todo el dinero que tienes que dar, nunca estás tentada de comprarte un bolso bueno o un ordenador mejor ?
Me contestó :claro! No me he vuelto sin gusto, sólo que estoy convencida que ese dinero no es mío del todo.
Su "único "compromiso es su trato diario con las personas
y con Dios.