lunes, 24 de noviembre de 2008

Examen de conciencia para una vida trepidante

A veces nuestra vida es así de acelerada. Vamos, venimos, corremos, hacemos... No es que huyamos de la policía y menos cometiendo todas esas infracciones al conducir; pero la velocidad a la que suceden las cosas de nuestra vida, si que se parece un poco.
Necesitamos pararnos. Ponernos en la presencia de Dios y mirar hacia atrás en ese día que pasó, ver lo que hemos hecho bien, lo que hemos hecho mal y lo que podríamos haber hecho mejor, pedir perdón al Señor y proponernos algo concreto para el día siguiente. ¡Verás cómo te ayuda!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Cómo agradecería que se pusiera el título de las películas.

Jaime Sanz dijo...

Pues lo haremos! Siempre y cuando lo sepamos, claro... Esta se llama Transporter, y trata sobre un personaje que se dedica a hacer delicados encargos, no siempre muy..."legales" que digamos...