domingo, 4 de diciembre de 2011

Conocer nuestros defectos y ... aceptarlos

Lo cual no significa que luchemos contra ellos, pero poco a poco, sin querer ser el mejor siempre y en todo..., con humildad, porque... ¡tenemos defectos!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Uff se nos olvida siempre la segunda parte: humildad!

Acabo de leer un texto chulo sobre esto...
" Sean los que sean nuestros esfuerzos no podemos cambiarnos a nosotros mismos. Sólo Dios puede terminar con nuestros defectos con nuestras limitaciones, sólamente El tiene dominio lo bastante profundo de nuestros corazones para ello. No tratemos de hacernos santos por nuestras propias fuerzas... Eso exige humildad pero al mismo tiempo es muy estimulante". (J. Philippe)

Qué paz no? Con ayuda esto tiene mejor pinta...