sábado, 2 de marzo de 2013

A una madre es imposible engañarla

¡Ni falta que hace!, añadiría yo. Cuando uno entra por esa senda del engaño y la mentira..., acaba mal, muy mal. Sinceros siempre. Con la verdad por delante. Sin triquiñuelas para conseguir lo que nos apetece, que seguro que no nos conviene.

1 comentario:

Pseudonima anónima dijo...

Las madres tienen superpoderes, y siempre saben lo que pasa aunque se mantengan en la distancia.
La mía tiene el don de llamarme y preguntarme que he cenado el día que por agotamiento decido saltarme la cena.
Muy buen anuncio!