Suavidad en las formas y delicadeza

Nos envía un@ seguidor@ del blog este video, animando a dejarse ayudar un poquito para ganar la partida. Está bien esta manera de ver las cosas. Y quizá se podría añadir que todo lo que sea suavizar las formas, el tono humano, la manera de dirigirnos a los demás, facilita la convivencia.

Tenacidad

Y ¡tres!
Qué buen modo de afrontar una meta: trabajar, sin descanso, confiar en las propias posibilidades, hacer rendir los talentos diríamos los cristianos, y -esto le falta a este gigante, o por lo menos no lo cuenta- ser humilde y pedir ayuda a Dios y a quienes nos pueden ayudar. (Atentos a la etiqueta de abajo)

Vender bien el producto

Nos lo envían desde Madrid. Y, otra vez el comentario que lo acompaña, no necesita más añadidos.
Me ha recordado a con que garbo, salero y fe hacemos apostolado. Tenemos entre manos "de lo bueno lo mejor, y de lo mejor lo superior". Todo depende de cómo sepamos presentarlo.

Tenemos trabajo para el verano.

Alguien que nos guíe

No somos nosotros los consejeros más objetivos. Es verdad que las decisiones las toma cada uno, pero qué útil y cuánto nos ayuda preguntar a los que tienen experiencia, a quien sabe por dónde ir.
La dirección espiritual, el acompañamiento espiritual, que también se llama así, es una gran ayuda, para que las decisiones que tomemos en nuestra vida espiritual sean acertadas, o al menos no nos equivoquemos demasiado.
Alguien que nos oriente, que nos exija, que nos anime..., siempre ayuda. y si además reza por nosotros...

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