La rosa, el amigo, el banco... Que cada uno elija al que más le convenga, pero que se quede con el mensaje: las cosas son lo que son, y no lo que nos parecen. Ser naturales, no ocultar nuestros defectos ni alardear de tenerlos, ni nuestras virtudes, y querer a los demás como son, no como nos gustaría que fueran.
¿Tantas cosas se pueden sacar de este mensaje? No lo se...
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