Mi madre me enseñó de pequeño, que al levantarse y acostarse, al salir y al entrar en casa, al pasar por delante de una iglesia, y al empezar a rezar, era una buena costumbre cristiana, santiguarse.
Que no lo perdamos por culpa de lo que vayan a pensar de nosotros.
1 comentario:
Hace poco, en un viaje a Sevilla, ese gesto en una madre joven saliendo de casa con su peque, me arrancó una sonrisa.
Me gustó.
Y me propuse recuperar esa preciosa costumbre... Y se me olvidó.
Gracias por recordármelo.
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