"Rezamos para que haya muchas familias que sean “hogares… luminosos y alegres… como fue el de la Sagrada Familia”, en palabras de san Josemaría. Nuestra gratitud a Dios se alza por el don de la familia, reflejo del eterno amor trinitario, lugar donde cada uno se sabe amado por sí mismo, tal como es. Ahora, damos gracias también a todos los padres y madres de familia que están aquí reunidos, y a todos los que se ocupan de los niños, de los ancianos, de los enfermos.
Familias: el Señor os ama, el Señor se halla presente en
vuestro matrimonio, imagen del amor de Cristo por su Iglesia. Sé que muchos de
vosotros os dedicáis generosamente a apoyar a otros matrimonios en su camino de
fidelidad, a ayudar a muchos otros hogares a ir adelante en un contexto social
muchas veces difícil y hasta hostil. ¡Ánimo! Vuestra labor de testimonio y de
evangelización es necesario para el mundo entero. Acordaos de que, como dijo el
querido Benedicto XVI, “la fidelidad a lo largo del tiempo es el nombre del amor".
Misa de inauguración del Sínodo |
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