No tiene otro nombre, que privilegio y gracia de Dios, el hecho de poder rezar el Ángelus en Nazareth. La ceremonia es una preciosidad, y lo que uno vive en ese momento es algo único. Yo me voy cada día a ese momento en el que una doncella guapísima de esa pequeña ciudad, le dijo sí a Dios. Gracias a ese sí, estamos aquí tú y yo. ¡Gracias María! ¡Hazme generoso!
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Basílica de la Anunciación, Nazareth |
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Gruta de la casa de la Virgen |
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El lugar donde el Ángel anunció a María que iba a ser Madre de Dios |
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