No es cuestión de tomar una u otra bebida, sino de saber ser uno mismo en todo momento. Hay personas que tienen esta virtud y se les nota: no se dejan llevar por los respetos humanos, dicen siempre lo que piensan aunque no sea lo que los otros esperan escuchar.
La naturalidad nos lleva a comportarnos siempre del mismo modo, estemos con quien estemos, y a procurar ser coherentes con lo que pensamos.
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