Aunque ya lo dejó claro en su día S, Pablo en su primera carta a los Corintios, capítulo 13, José Mota nos lo recuerda de un modo... un tanto peculiar, y como siempre gracioso. ¿Pongo yo límites a la caridad? ¿Hay gente con la que no la vivo?
5 comentarios:
Anónimo
dijo...
Aunque parezca mentira esta escena es la vida misma. En primer lugar es un delito tipicado en el código penal "denegación de auxilio" que se da frecuentemente y que me parece moralmente reproble y difícil de comprender como una persona puede negarse a ayudar a un herido tanto si la atropellado como sino no lo hecho y no para para socorrerla.
En la vida ordinaria yo creo que no pasa ni un solo día en que no faltemos a la caridad con nuestros pensamientos o con nuestra "lengua" (yo desde luego) ese órgano que mata como un arma poderosa y esos pensamientos disparatados que no hacen más que predisponernos contra una persona, despellejarla viva y envenenar nuestra alma alimentándola de veneno.
Procuremos ver siempre la parte positiva de las personas(que todas la tenemos)y no tengamos "tan" en cuenta sus defectos.
Seamos magnánimos con los demás y no pequeños roedores que sacan puntilla a todo y acudamos al sacramento de la confesión para que nos ayude a recibir la gracia suficiente para ser más pacientes y tolerar los defectos de los demás. Siempre hay alguien en la vida de cada uno que se nos resiste, acudamos a su custodio para que que la ayude y recemos por ella. Este consejo que a mí me han dado muchas veces funciona, funciona de verdad.
No está tan lejos de la realidad ésta situación tan absurda. Conozco una sentencia de condena a un celador por cruzar de la puerta del hospital a la acera de en frente para auxiliar a un infarto, que falleció. La sentencia decía que el cauce normal era llamar al 112 y no abandonar su puesto de trabajo a 10 metros!!! Bueno ... Y de la caridad andamos " regu" , a veces me dejo llevar de simpatías y antipatías...y aunque hablo poco por mi cerebro pueden pasar sapos y culebras.Seguiremos trabajando en el tema! Gracias Capellania!
5 comentarios:
Aunque parezca mentira esta escena es la vida misma.
En primer lugar es un delito tipicado en el código penal "denegación de auxilio" que se da frecuentemente y que me parece moralmente reproble y difícil de comprender como una persona puede negarse a ayudar a un herido tanto si la atropellado como sino no lo hecho y no para para socorrerla.
En la vida ordinaria yo creo que no pasa ni un solo día en que no faltemos a la caridad con nuestros pensamientos o con nuestra "lengua"
(yo desde luego) ese órgano que mata como un arma poderosa y esos pensamientos disparatados que no hacen más que predisponernos contra una persona, despellejarla viva y envenenar nuestra alma alimentándola de veneno.
Procuremos ver siempre la parte positiva de las personas(que todas la tenemos)y no tengamos "tan" en cuenta sus defectos.
Seamos magnánimos con los demás y no pequeños roedores que sacan puntilla a todo y acudamos al sacramento de la confesión para que nos ayude a recibir la gracia suficiente para ser más pacientes y tolerar los defectos de los demás.
Siempre hay alguien en la vida de cada uno que se nos resiste, acudamos a su custodio para que que la ayude y recemos por ella.
Este consejo que a mí me han dado
muchas veces funciona, funciona de verdad.
GRACIAS Y BUENA SEMANA
El anónimo soy yo, GAZTELU, me han arreglado internet y mi ordenador tiene una rapidez que no me da tiempo a escribir mi nombre. Por fin!!!!
No está tan lejos de la realidad ésta situación tan absurda. Conozco una sentencia de condena a un celador por cruzar de la puerta del hospital a la acera de en frente para auxiliar a un infarto, que falleció. La sentencia decía que el cauce normal era llamar al 112 y no abandonar su puesto de trabajo a 10 metros!!!
Bueno ... Y de la caridad andamos " regu" , a veces me dejo llevar de simpatías y antipatías...y aunque hablo poco por mi cerebro pueden pasar sapos y culebras.Seguiremos trabajando en el tema!
Gracias Capellania!
QUé envidia de adsl!! Funciona con el pensamiento, GAZTELU, je, je...
"Donde no hay caridad, no puede haber justicia"
S. Agustín, y AC
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