Esa frase la escuché muchas veces y es cierta, qué duda cabe... Pero es verdad que cuando uno aprende a disfrutar en familia, y a llevarse bien con los miembros más díscolos... ¡no lo cambia por nada en el mundo!
1 comentario:
Pseudonima anónima
dijo...
Creo que a veces cuando alguien se nos atraviesa no nos podemos quitar de encima verlo así y al final la pobre persona se convierte en " un defecto con patas". Me encanta lo positivos que son siempre desde la Capellanía, nunca se quedan con los defectos, apuestan por las personas y sacan lo mejor de cada uno que se acerca. Así me imagino yo que trataba Jesús a la gente! Y así quiero que sea siempre mi trato con la gente. Me propongo sacar las virtudes de cada uno de mi familia ahora que se acercan fecha de convivencia. Gracias!
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Creo que a veces cuando alguien se nos atraviesa no nos podemos quitar de encima verlo así y al final la pobre persona se convierte en " un defecto con patas".
Me encanta lo positivos que son siempre desde la Capellanía, nunca se quedan con los defectos, apuestan por las personas y sacan lo mejor de cada uno que se acerca. Así me imagino yo que trataba Jesús a la gente! Y así quiero que sea siempre mi trato con la gente.
Me propongo sacar las virtudes de cada uno de mi familia ahora que se acercan fecha de convivencia.
Gracias!
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