Hay un bar cerca de mi casa, donde he quedado dos veces con un buen amigo. Se llamaba "Entre jamones", porque ha cambiado de nombre, y ahora nosotros lo llamamos "Entre sacramentos". No es una irreverencia sino el recuerdo de los mejores momentos que hemos disfrutado tomando una cerveza fría, o más bien dos.
En la primera me confesó su inquietud por la fe, y tomó la decisión de bautizarse poco después. Así lo hizo hace un par de meses y aquí lo contamos.
En la segunda preparamos la ceremonia del matrimonio que celebraremos este sábado.
Espero que antes del bautizo del primer niño me invite a unas cuantas cervezas más, porque las patatas fritas que sirven... ¡están buenísimas!
1 comentario:
Los milagros del s XXI no son con panes y peces, son con cervecillas y patatas.
Me encantan estas historias personales que a los ojos de los de a pie parecen locura.
Gracias por compartirlo!!!!! Y enhorabuena a los novios!!!
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