Nos privamos de cosas buenas, para disfrutar de otras mejores. Nos quejamos de un pequeño sacrificio y para realizarlo ponemos todas las pegas del mundo...
Y luego si un médico aconseja tomar sin sal no se qué, no comer tal alimento, evitar no se qué esfuerzo... lo hacemos a pies juntillas.
Prefiero ofrecer a Dios las cosas que me cuestan, y disfrutar de lo bueno también, y saborearlo... dando gracias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario