Me acuerdo un verano que fui a casa de un amigo para pasar el fin de semana. Era en Noja, Santander. Al final me quedé casi un mes, porque nos lo pasamos tan bien... Iba prolongando poco a poco, semana a semana la estancia, y como los padres de ambos eran muy amigos, no había ningún problema.
En esas ocasiones se habla de todo. Ibamos a misa muchos días, hacíamos un montón de planes, y hasta nos jugamos el tipo cogiendo percebes en los acantilados. ¡Qué recuerdos! ¡Cuanto bien nos hace compartir parte del verano con amigos!
(Por cierto: mi amigo de Noja, también con el paso de los años se ordenó sacerdote, y seguimos siendo muy buenos amigos: sigue el blog, así que... ¡curioso!)
1 comentario:
Si Dios quiere en unos días allí mismito iré a pasar unos días de descanso con la familia. Vamos yendo a Noja desde..... puf ¿16 años? y antes a Isla de pequeña con mis padres.
Así que terreno conocido.
(que coincidencia...)
Como sabe, hijo varón si tengo (lo digo por lo otro que ha dicho... ;) )
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