Es una gozada y lo tiene que ser siempre, si todos nos empeñamos en ser pacientes, servir, evitar las discusiones... Cada uno tiene su momento, que a veces será bueno y otras malo. Si en los "momentos de riesgo" evitamos hacer saltar a quien más fácil lo tiene, contribuiremos a la paz familiar.
Le conté un día a un primo mío que por la mañana temprano me había encontrado con su mujer por la calle. "¿A qué hora era?", me preguntó. "Sobre las 7.00", le dije. "Pues ten mucho cuidado, porque a esas horas tiene muy mal café". Ojo con los desayunos y las cenas: ¡vayamos prevenidos!
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