Cualquier sitio es bueno para hacerlo; no hace falta irse a Jerusalem... Levantar el corazón a Dios, arrepentirse y acudir a ese sacramento maravilloso en el que recibimos el abrazo de Dios, se puede hacer en cualquier lugar y en cualquier momento. Así es como mejoramos el mundo, siendo nosotros mejores. Y
¡qué hombre es aquel que no quiere mejorar el mundo!
1 comentario:
Es una escena de "El Reino de los cielos".
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