¡Es muy fácil echar la culpa a los demás de lo que hacemos nosotros, y encima quedarnos tan panchos! Curiosamente solemos decir: "me han suspendido Mates" y no "he suspendido Mates". O "he sacado muy buena nota en Cono" y no "me han puesto una buena nota en Cono". ¿Por qué será que de lo malo siempre culpamos a los demás, y lo bueno nos lo atribuimos con una facilidad pasmosa?
Que se lo pregunten al perro...
3 comentarios:
Para mi la respuesta es facil,digo para mi: la soberbia (el cancer del alma)
GRACIAS
Correcto!
¡Que dificil! Cada vez cuesta más pero cuando se logra uno se queda...tan contento.
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