En una ocasión, encontrándose los frailes en su rato libre de esparcimiento, quisieron divertirse a costa de Santo Tomás de Aquino, gastándole una broma. "Mirad, mirad, un burro volando", dijeron, mientras se morían de curiosidad por saber cual habría de ser su reacción.
Sto. Tomás, llevado de su espíritu observador, comenzó a mirar por todas partes sin conseguir ver lo que los demás decían que veían. Se había tragado la bola y sus hermanos de religión se revolcaban de risa, al tiempo que le decían: "Pero hombre de Dios, como puedes ser tan inocente". "Tú que pareces saberlo todo, deberías saber que es imposible que los burros vuelen", a lo que "el buey mudo", que es como le llamaban, rompiendo su silencio respondió: "Entre que un burro vuele y que unos religiosos mientan, me parece más imposible lo segundo que lo primero".
Pues aquí os dejamos un elefante volando para que recordemos lo importante que es la sinceridad.
2 comentarios:
Si señores,con la verdad se llega a todas partes.
Seria estupendo que esta cuaresma insistieramos a nuestros hijos sobre la importancia de decir siempre la verdad y no empezar por decir "mentirijillas" o acudir a las mentiras "piadosas".
La persona que empieza a mentir "piadosamente" acaba por mentir de verdad.
no les parece?
GRACIAS
Totalmente de acuerdo!! Pues mañana más!!
Gracias!
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