Con mucha facilidad para conseguir algo, para tener razón, para llevarnos el gato al agua, exageramos las cosas, las interpretamos a nuestro modo, le echamos cuento a la vida, vamos.
Es todo un arte, el arte de la interpretación.
Los niños y los futbolistas lo manejan a la perfección. Para que saquen tarjeta a otro, se tiran con aspavientos por el césped..., y como el árbitro se de cuenta de que está exagerando, quien se lleva la tarjeta es el propio jugador que exagera.
A veces a nosotros es a quienes tendrían que sacarnos tarjeta amarilla, por... cuentistas.
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