No se si es lo más adecuado para el día de los difuntos..., pero de paso que rezamos por ellos, qué bueno es que valoremos a los que no aparecen, ni figuran, a los que pasan ocultos, a los que trabajan para nosotros, a los que lo hacen de noche, para que al día siguiente encontremos todo limpio, a las madres que nadie ve cuando hacen la casa, a las profesoras que preparan clases por la noche... ¡Qué bonito es pasar oculto!
2 comentarios:
Pues no le voy a dar la razón sin más, ya ve, al menos voy a mirar el asunto desde otro punto.
Si la gente que vale, que trabaja bien, que asume responsabilidades... recibe el mensaje de que ha de pasar oculta ocurre que no sabe hacerse valer; no sabe vender su propio trabajo, su experiencia y sus habilidades, y eso es muy malo profesionalmente, porque no se pueden alcanzar las metas que uno tiene y dificulta mucho hacer una entrevista de trabajo y convencer de que uno mismo es el adecuado para un puesto. Imagínese llegar a la entrevista y decir: "no, nunca me dieron un trabajo de responsabilidad porque yo procuraba hacer bien mi trabajo y pasar oculto y otros se llevaban el mérito".
Así que, yo creo que está bien trabajar lo mejor posible nos vean o no nos vean, pero no está bien no reconocer la propia valía. Al fin y al cabo la humildad es andar en verdad.
Bueno, creo que no se está animando a nadie a "hacerse el humilde", sino a valorar el trabajo que no brilla...y sin embargo, gracias a él los demás tenemos una vida más agradable.
La primera vez que saludamos al barrendero de nuestra zona -casi siempre está llegando a nuestro portal cuando salimos escopeteadas rumbo al cole-, nos miró con cara de sorpresa. Está claro que no está habituado a que se fijen en él. No quiero ni pensar de lo que sería de nuestra calle, si él no hiciera bien su trabajo.
Me avergüenza reconocer que a día de hoy no sé cómo se llama; sin embargo, si conozco el nombre del ordenanza que está en su puesto cuando voy a fichar, del personal administrativo, etc. etc.
Mi reconocimiento desde aquí a nuestro anónimo barrendero, que siempre está allí, a la misma hora, aunque caigan chuzos de punta, aunque estemos a bajo cero...Ahora mis hijas también han aprendido a saludar al personal de limpieza o mantenimiento del colegio, que para la mayoría forman parte del paisaje sin más. Ah, de todos ellos sí que nos sabemos sus nombres. :)
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