Tengo la suerte de tener que haber venido hasta aquí para sustituir a un sacerdote en un campamento de chicos. La verdad es que los chavales de esas edades, entre 9 y 13 años son la pera, y graciosos como ellos solos. Tienen muchas virtudes y se aprende un montón de sus deseos de formarse, como valoran lo que se hace por ellos y el respeto y cariño que tienen al sacerdote. ¡Toda una lección la que he aprendido estos días!
1 comentario:
Qué foto tan especial!
Es muy curioso la visión de los niños y el cariño a los sacerdotes ( aunque a veces parezca que se toman todo a broma). Ayer estábamos planeando en casa el viaje de hoy y las cosas que vamos a llevar. De repente, se oye un " puedo hablar???".
Pues claro!
"Y... quería decir...si nos vamos ahora a esta ciudad, quien nos va a confesar y todas esas cosas?Tenemos que tenerlo previsto"
Todavía no nos hemos recuperado...
Publicar un comentario