miércoles, 13 de octubre de 2010

La caridad no conoce límites ni fronteras

Aunque ya lo dejó claro en su día S, Pablo en su primera carta a los Corintios, capítulo 13, José Mota nos lo recuerda de un modo... un tanto peculiar, y como siempre gracioso.
¿Pongo yo límites a la caridad? ¿Hay gente con la que no la vivo?

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Aunque parezca mentira esta escena es la vida misma.
En primer lugar es un delito tipicado en el código penal "denegación de auxilio" que se da frecuentemente y que me parece moralmente reproble y difícil de comprender como una persona puede negarse a ayudar a un herido tanto si la atropellado como sino no lo hecho y no para para socorrerla.

En la vida ordinaria yo creo que no pasa ni un solo día en que no faltemos a la caridad con nuestros pensamientos o con nuestra "lengua"
(yo desde luego) ese órgano que mata como un arma poderosa y esos pensamientos disparatados que no hacen más que predisponernos contra una persona, despellejarla viva y envenenar nuestra alma alimentándola de veneno.

Procuremos ver siempre la parte positiva de las personas(que todas la tenemos)y no tengamos "tan" en cuenta sus defectos.

Seamos magnánimos con los demás y no pequeños roedores que sacan puntilla a todo y acudamos al sacramento de la confesión para que nos ayude a recibir la gracia suficiente para ser más pacientes y tolerar los defectos de los demás.
Siempre hay alguien en la vida de cada uno que se nos resiste, acudamos a su custodio para que que la ayude y recemos por ella.
Este consejo que a mí me han dado
muchas veces funciona, funciona de verdad.

GRACIAS Y BUENA SEMANA

GAZTELU dijo...

El anónimo soy yo, GAZTELU, me han arreglado internet y mi ordenador tiene una rapidez que no me da tiempo a escribir mi nombre. Por fin!!!!

Pseudonima anonima dijo...

No está tan lejos de la realidad ésta situación tan absurda. Conozco una sentencia de condena a un celador por cruzar de la puerta del hospital a la acera de en frente para auxiliar a un infarto, que falleció. La sentencia decía que el cauce normal era llamar al 112 y no abandonar su puesto de trabajo a 10 metros!!!
Bueno ... Y de la caridad andamos " regu" , a veces me dejo llevar de simpatías y antipatías...y aunque hablo poco por mi cerebro pueden pasar sapos y culebras.Seguiremos trabajando en el tema!
Gracias Capellania!

Jaime Sanz dijo...

QUé envidia de adsl!! Funciona con el pensamiento, GAZTELU, je, je...

Anónimo dijo...

"Donde no hay caridad, no puede haber justicia"
S. Agustín, y AC