Nos encanta controlar. Nos gustaría que la vida tuviera un mando a distancia, desde el que pudiéramos someter a nuestro gusto la realidad. Pero el destino no depende de nosotros, y en la vida, como dice nuestro Señor, "el que se ama a sí mismo se pierde, y el que se aborrece a sí mismoen este mundo se guardará para la vida eterna" (Jn, 12, 25)
2 comentarios:
La posibilidad de dar es la llave que nos conduce a la felicidad.
Quien no sirve para servir no sirve para vivir.
GRACIAS
Qué bonita idea!!!
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