domingo, 11 de noviembre de 2012

La sonrisa de Dios

El título de este artículo que me pidieron desde la edición de Madrid de La Razón, lo tomé de un blog amigo, que había hecho una preciosa entrada sobre Belén. Y, es ya coincidencia, que me mandan esta canción que ha hecho Daniel Gómez de la Vega Alegre, vocalista del grupo La Voz del Desierto, que lleva ese mismo título. Por algo será...

Os copio el artículo y cuelgo el video de la canción de Daniel, que es una preciosidad.
Que de todo esto, además de emociones, que no van a faltarte, salgan propósitos de cambiar uno y de cambiar el mundo, como decían sus amigas en esa preciosa carta.

La sonrisa de Dios

El fallecimiento de Katia, Rocío, Cristina y Belén en ese desgraciado concierto en el Madrid Arena, ha conmocionado a la opinión pública y en particular a la gente joven.
Al desasosiego lógico que ha dejado en cada uno de nosotros este acontecimiento, se ha unido el asombro. Muchos no se acaban de creer la serenidad y la confianza absoluta en Dios -Padre Bueno- con los que la familia de Belén hemos visto que acepta su voluntad. 
¿Cómo puede aceptarse algo tan doloroso?, ¿Cuál es el secreto de la entereza de esa familia? se preguntarán muchos. Cuando se tiene sentido trascendente de la existencia –estamos aquí de paso hacia el cielo- se vive y se muere confiando en Dios y se concibe la vida como un regalo que Él nos da, pero que es Suyo. Venimos de Dios, que nos crea y vamos a estar con Él en la eternidad. Esa fe es la que sostiene la serenidad de esta familia y la que les dará el consuelo y la fortaleza a la que agarrarse en los momentos tan duros por lo que están pasando.
Por eso quienes tenemos fe estamos convencidos de que el Jardinero Divino corta la rosa, no a traición, sino cuando está mejor preparada para disfrutar de la eternidad.
Me contaban que una amiga de una de las niñas fallecidas le pedía a una compañera de Belén que le hablase de Dios, porque ella también quería tener el consuelo y la paz que no encontraba.
Al colegio Aldeafuente han llegado muchísimos testimonios de personas, que en su mayoría, sin conocer de nada a Belén, hacen propósitos de renovar su fe, cambiar su vida o entregarla a Dios, como ella hizo de esa forma tan inesperada. 
Conocía muy bien a Belén Langdon. Era una niña alegre, muy simpática; amiga de sus amigas; enamorada de Jesucristo; limpia y generosa. Soñaba con una vida plena en Dios. “No sueñes la vida, vive tus sueños” decía la leyenda que acompañaba su perfil en una de las redes sociales. Daba gusto hablar con ella. Quería con locura a sus padres, y valoraba muchísimo sus sacrificios para tener esa familia maravillosa.
Me decía una chica que estaba muy agradecida a Belén “porque sin conocerme me ha dado el regalo de estar más cerca de Dios, por eso la quiero y la considero parte de mi familia”. Es lo que nos ha pasado a todos. 
Gracias Belén, porque en estos días eres la sonrisa de Dios, que nos mira y nos pide que le queramos tanto como tú.

Y el video... con la canción.



1 comentario:

Pseudonima anónima dijo...

Muchas gracias por ponerlo aquí!.
Hoy iba por la calle pensando que cuando alguien nos sonríe lo normal es devolver la sonrisa.
Me preguntaba como devolver esta sonrisa de Dios; siempre vuelvo a lo mismo: " Haciendo lo que toca en cada momento y ofreciendoselo a Dios".

Empieza una semana de muchos retos, de mucho esfuerzo para much@s, de vencer desánimos , de estar al lado de quien está regu.Ojalá que devolvamos un poquito de esa sonrisa de Dios.