viernes, 23 de noviembre de 2012

Obedecer es mucho más que hacer caso

En este caso quien manda está algo loco, claro está... Pero si piensas en casa, en clase, en tu trabajo, al policía que ordena el tráfico... todas esas ocasiones se convierten en oportunidades de servir a los demás, hacer lo que Dios nos pide, y ser un poco más humildes.

 

2 comentarios:

Pseudonima anonima dijo...

Hoy leía en twitter @sJosemaria :
" Por la senda de la humildad se va a todas partes... Fundamentalmente al cielo."
Y eso es lo que cuesta en la obediencia , cuando nos entra el ataque de orgullo y testarudez no nos deja ver diez centímetros más allá de nuestras narices...
Un sacerdote que conocí cuando era una enana lo llamaba " miopía espiritual ". Qué razón!

Anónimo dijo...

Ja, ja, ja, qué ganso es José Mota. Lo que no sé es cómo consigue que los de la sala estén serios.

Respecto a su comentario, en el trabajo (y en otros ámbitos) hay gente a la que le resulta más sencillo bajar la cabeza y hacer lo que le dicen sin hacer el esfuerzo de exponer con tranquilidad las razones por las que piensa que sería mejor hacer otra cosa y después aceptar lo que decidan otros. En ocasiones puede ser una falta de responsabilidad, falta de compromiso, dejadez ó temor a la autoridad
.
Y hay gente que gusta de imponer su voluntad aunque no sea muy razonable y a veces hay que pararles los piés.

Creo, son cosas que veo a mi alrededor. Me parece que ante las mismas situaciones no todos reaccionamos igual.