martes, 18 de agosto de 2009

Hacer agradable la vida a los demás

No cuesta tanto ser amables, decir las cosas con cariño, esforzarse en que nuestra casa, los nuestros, mis amigos, las personas con las que trabajo, el vecino del quinto, la que vende los periódicos, reciban de nosotros una sonrisa, un palabra amable, un gesto de agradecimiento, y, por qué no, una oración.

6 comentarios:

Angelo dijo...

uy, uff. este sí que es un punto flaco. Y que mal se pasa cuando no se vive. Siempre hay que pensar como nos gusta ser tratados. aquí hay que aprender de los santos. Ver a Cristo en los demás. Llego del trabajo, me voy a dormir. Os he encomendado a todos .Un saludo. Oid. Un pequeño favor. Mi hija Elena estaría muy ilusionada si recibiera un felicidades. Hoy es su santo y es muy sensible a estas cosas. Es una buenaza de verdad. Pues venga a precticar hoy el consejo .Gracias a todos

Nuria dijo...

Realmente, no cuesta tanto cuando uno está pendiente de los demás y no de sí mismo. ¡Cómo lo agradecemos nosotros cuando nos viene de los demás! Pues todos somos iguales, y, por tanto, a ellos también les gustará un gesto amable, una palabra llena de cariño, un "qué tal te ha ido el día", etc.
Ángel, felicita a tu hija Elena y dale un beso enorme de mi parte, aunque no me conozca!! La encomendaré especialmente hoy en Misa.

Pseudonima anónima dijo...

Siempre me ha asombrado el poder de la sonrisa, de acordarnos de los nombres de las personas, de tener un segundo para una pregunta de las preocupaciones de cada uno. Ahora estoy incorporando el poder de la oración.
Ahora cuando rezo el Rosario , en las letanías ( que siempre me despisto un poco) al final digo: y....:: por si me olvide de algo: Causa de nuestra alegría, ruega por nosotros!!!!!
Felicidades a Elenita!!!! Te he dejado mensaje en elblog de tus papas!

Jaime Sanz dijo...

¡¡¡Muchas felicidades Elena!!! Con un papá así, ..., menuda hija tienes que ser! Santa Elena es una gran santa aunque ha sido retirada del calendario litúrgico, pero volverá, ya lo verás...

Nuria tiene razón y es lo de amar a los demás como a uno mismo, que decía Nuestro Señor.

Pseudónima pone, como siempre, una marcha más, y nos recuerda que la manifestación primera de la caridad es la oración. ¡Gracias!

Angelo dijo...

Gracias a todos por la felicitación. Ha puesto una cara que valía la pena el haber pedido este favor. Dios os lo pague.
Por cierto Don Jaime. ¿Conoce el colegio La Vall? Mis hijas estudian en él.

Jaime Sanz dijo...

He sido capellán de ese cole cuando estaba Mn. Ignasi Fabregat y Mn. Joan Pau Gilabert, hace ya algunos años...¡Qué gran cole!